Hoy es festivo, así que no trabajo en el Ayun, pero sí que lo tengo que hacer por la tarde, en el Spa. Ayer había pensado en hacer hoy un entrenamiento de fartleks, lo que sería el primer entreno de cambios de ritmo de esta etapa. Esta pasada noche he dormido más, me he despertado sin que me suene la alarma del reloj, pero sí la de mi hija diciendo "papi, mira el cielo, es de día". Mi primera impresión, que es la que casi siempre cuenta, ha sido: hoy no salgo a correr, así que hoy no saldré a hacer fartlek ni nada por el estilo. He corrido los 4 días anteriores de forma consecutiva, algo que no hacía muchísimos años, por lo que me puedo dar por satisfecho y tomarme el día, o la mañana, de descanso. Me duelen las piernas, señal de que los entrenos van cumpliendo su cometido. Esta semana ya habrá tiempo para la batalla.
Por un lado, la cabeza me pide prudencia. Por otro, el corazón me bombea ganas de correr rápido, de ir a más, de pensar en tal o cual prueba. Uuffff, susto me da en pensar en preparar una carrera, sea cual sea. Tengo varias cuentas pendientes con las carreras, desde las más cortas hasta las más largas. Ardua tarea, que se irá despejando con el devenir de los tiempos y los entrenamientos. Seréis los primeros en enteraros.
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